El presidente Joe Biden ordenó el martes una medida expansiva en año electoral para ofrecer la posibilidad de naturalización a cientos de miles de migrantes que viven en Estados Unidos sin estatus legal, en un intento de equilibrar las agresivas restricciones en la frontera que anunció recientemente y que indignaron a activistas y a muchos legisladores demócratas.
Biden anunció el martes que su gobierno permitirá en los próximos meses que algunos cónyuges de ciudadanos estadounidenses sin estatus legal puedan solicitar la residencia permanente y, a la postre, su naturalización. La medida podría afectar a casi medio millón de migrantes, según funcionarios gubernamentales.
«La Estatua de la Libertad no es una reliquia de la historia estadounidense. Sigue representando lo que somos», dijo Biden desde una abarrotada Sala Este de la Casa Blanca, llena de activistas, congresistas demócratas e inmigrantes que podrían acogerse al programa. «Pero también me niego a creer que para que sigamos siendo un Estados Unidos que abraza la inmigración, tengamos que renunciar a proteger nuestra frontera».
La medida anunciada, que equivale a la protección federal más expansiva para los migrantes en más de una década, establece un importante contraste político con el virtual candidato presidencial del Partido Republicano, Donald Trump, cuya postura de línea dura sobre las deportaciones masivas incluye una retórica que tacha a los migrantes de criminales peligrosos que «envenenan la sangre» de Estados Unidos.
El martes, Biden acusó a su predecesor de aprovecharse de los temores sobre los migrantes y criticó las medidas del gobierno de Trump, como la política de tolerancia cero en la frontera sur, que llevó a la separación de familias.
El equipo de campaña de Trump acusó a Biden de crear «otra invitación para la inmigración ilegal.»
«A Biden sólo le importa una cosa: el poder, y por eso está dando amnistía masiva y la ciudadanía a cientos de miles de ilegales que sabe que en última instancia votarán por él y por el Partido Demócrata de Frontera Abierta», dijo la portavoz de la campaña de Trump, Karoline Leavitt.
Para poder ampararse al programa, una persona debe llevar en Estados Unidos un mínimo de 10 años hasta el lunes y estar casada con un ciudadano estadounidense, ambos requisitos cumplidos a más tardar el lunes. Si se aprueba su solicitud, la persona tendría tres años para pedir un permiso de residencia permanente y recibiría un permiso temporal de trabajo, además de estar protegida de deportación durante el proceso.
También unos 50,000 niños no ciudadanos con un progenitor casado con un ciudadano estadounidense podrían seguir el mismo proceso, según funcionarios de alto nivel que informaron a periodistas sobre la propuesta bajo condición de anonimato. No hay un requisito sobre cuánto tiempo debe llevar casada la pareja, pero nadie será elegible después del lunes. Eso significa que los migrantes que cumplan esa cifra de 10 años en el país en cualquier momento después del 17 de junio de 2024 ya no podrán participar en el programa, según los funcionarios.
Altos funcionarios del gobierno creen que el proceso de solicitudes comenzará al final del verano, y dijeron que las tarifas aplicables aún estaban por determinarse.
Biden anunció el nuevo programa el martes en un evento en la Casa Blanca organizado para celebrar 12 años del popular programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) de la era del expresidente Barack Obama, el cual ofreció protecciones contra la deportación a algunos jóvenes migrantes.