Xiomara González-Govea "CaiDOGS del Cielo" El valor de hacer lo correcto

Para conversar con la periodista venezolana Xiomara González-Govea hay que sumergirse en un mundo de juegos (de palabras), su gran pasión. Ella abraza las letras de una manera muy particular: creativa, dinámica “y a veces tan ‘profunda’ que pareciera ser superficial”. Pero ella es…todo lo contrario: a Xiomara le gusta indagar, cuestionar y mirar donde muy pocos quieren ver.

“La portada (fotografía y título) de Xiomara González-Govea representa mi ‘portada’ (como me porto y comporto) a diario”: una mujer que abraza incansablemente a sus hijos, humanos y perros, a quienes llamo ‘caiDOGS del Cielo’”

En un mundo donde todo se maneja como «urgente», ella tiene claro que la familia siempre es y será su prioridad. «Punto y no se discute, porque Dios se ‘engorila’ conmigo si priorizo lo urgente y no lo importante» (sonríe).

Xiomara es esposa de Emmanuel Cabrera-Muñoz, un mexicano lindo y querido; madre de Nikolás (12), Kamilah (10) y de Xaika y Pablo; hija biológica de Sonia Govea y Nelson González, e «hija de Dios (Jesús) confesada en 2021».

Hace 7 años, la introducción a un artículo que representara y resumiera quién es Xiomara González-Govea quizás sería otra… «Tal vez hablaría de lo no tan bien ‘portada’ que era, pero esa… es otra historia» (vuelve a sonreír).

Es que en 2017, Xiomara «no era ni madre, ni cristiana… y quizás tampoco era una periodista 100% valiente y enfocada en lo importante; «lo ‘urgente’ para mí era prioridad (ganar buen dinero, ser aceptada, felicitada, y reconocida como ‘tremenda contadora de historias en la tele’)». «Error de enfoque notado, anotado y casi arreglado».

Después de trabajar durante 13 años para la cadena Telemundo como presentadora y corresponsal de entretenimiento, Xiomara comenzó una nueva etapa en Univisión en 2007, cuando se unió al equipo de Primer Impacto. Desde entonces, colabora como corresponsal para la división de noticias de la empresa televisiva.

Su primera y única entrevista de trabajo con una reconocida ejecutiva de la cadena nacional inició con una propuesta potencial para continuar en el mundo del entretenimiento, pero ella se atrevió a negarse y presentó un nuevo concepto. Con un video-piloto en mano, dijo: «¿Qué tal si me contratan para hablar de animales? Vamos a denunciar los maltratos, vamos a darle voz y luz a los que muchas veces nos sacan de la oscuridad emocional, nuestras mascotas». Inmediatamente la vimos en las pantallas de Primer Impacto, haciendo lo que a esta venezolana le movía el alma, la voz, el lápiz y los micrófonos.

Luego, Xiomara y Emmanuel querían formar una familia. Las circunstancias no se dieron de manera natural y aunque podían seguir intentando, optaron por la adopción de sus hijos: la mejor decisión de sus vidas, “que creo que refleja además la importancia de escoger una pareja aliada a tus decisiones”.

«Conocer el Foster Care en Estados Unidos (el cuidado temporal de niños y adolescentes), recibir niños en nuestra casa para protegerlos y guiarlos mientras sus familiares resolvían sus circunstancias (o no) en una corte familiar, nos cambió absolutamente la perspectiva de la vida”.

«Después de cuidar a varios niños y verlos reunificarse con sus familiares rehabilitados y/o apoyados a través de programas del gobierno, tuvimos la oportunidad de adoptar a Kamilah y a Nikolás en 2017, dos hermanitos biológicos que para nosotros son sinceramente Caídos del Cielo».

Para Xiomara y Emmanuel, la mejor escuela de amor es la disposición a servir a los niños (y a los animales) en sus momentos mas vulnerables. “Pero tambien lo es estar dispuestos a dejarlos ir cuando así lo disponga la ley…y primeramente Dios”.

“Emmanuel y yo soltamos varias veces (sí, con dolor) lo que humanamente no queríamos soltar, pero con el tiempo recibimos la mejor recompensa: dos hijos del alma. Adoptados e irremovibles de nuestro hogar. Los niños son formalmente Cabrera-González así que ahora tenemos 4 hijos, incluyendo a los dos perros (Pablo es aún un ‘Foster’ del Servicio de Animales de Miami-Dade, pero vamos a adoptarlo)”.

A raíz de la adopción de sus hijos (y de sus perros), Xiomara creó el programa de Radio/Podcast «XiomaraEn360», que ahora se transmite en Actualidad Radio. También empezó a darle fuerza a reportajes televisivos enfocados en las necesidades y retos de los niños abandonados, descuidados o abusados. Un trabajo difícil pero que vale la pena ejercer.

En 1993, cuando empezó su travesía periodística en Estados Unidos, ella sabía que su vocación para preguntar, indagar, escribir y comunicar en televisión nacional y en la radio local en Miami, donde reside, estaba en lo social. Pero con valentía fue como identificó su propósito en los medios. Cuando dejó de ser ella misma (sus metas personales) el centro de su motivación y vio en la mirada y en el silencio de otros su propósito y su manera de sellar su alegría y satisfacción profesional y personal.

Y nada de esto es extraño… Xiomara viene de una familia de radiodifusores con propósito. Ella es nieta del «Guerrillero del Aire», Luis Guillermo Govea. Un hombre que defendió hasta su muerte a los más vulnerables en Venezuela. Con valentía. «Solo le faltó ‘ladrar’ más por los animales, así que creo que (sonríe con genuina humildad) superé al maestro». «Ahora dicen que soy lo que mi ego quería ser: tremenda contadora de historias. Solo que ahora hay una variante importante: por ahí dicen los que me quieren y siguen mi trabajo, que “Xiomara es tremenda contadora de historias…historias *que mueven el alma y te hacen reflexionar sobre tu propósito en la vida y el por qué hacemos lo que hacemos y para quién.»

“Hay que tener el valor de hacer lo correcto, con la noble disposición de renunciar a lo que te beneficia solo a ti, permitiéndote ser guiado por la sabiduría más que por la aparente inteligencia. La primera viene de Dios, la segunda tiene un gran poder restaurador….pero también destructivo. Yo busco sabiduría todos los días. No hay nada que supere el bien que hace orar por sabiduría; esa excelencia de sabiduría que tuvo, por ejemplo, el Rey Salomón.