El 8 de mayo de 2025, la Plaza de San Pedro se llenó de júbilo al anunciarse la elección de un nuevo Papa. El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost fue elegido como el 267.º pontífice de la Iglesia Católica, adoptando el nombre de León XIV. Esta elección marca un hito histórico, ya que es el primer Papa nacido en Estados Unidos y el segundo procedente del continente americano, después de su predecesor, el Papa Francisco.   
Nacido en Chicago el 14 de septiembre de 1955, Prevost posee raíces franco-italianas y españolas. Su trayectoria religiosa lo llevó a Perú, donde desempeñó una labor misionera durante más de 30 años, siendo obispo de Chiclayo desde 2014 hasta su nombramiento en el Vaticano en enero de 2025 por el Papa Francisco. 
La elección de León XIV se produjo tras una breve deliberación del cónclave, siendo seleccionado en la cuarta votación. Su aparición en el balcón de la Basílica de San Pedro con la vestimenta papal completa, incluyendo muceta roja, estola bordada y cruz dorada, evocó el estilo de Benedicto XVI y contrastó con la presentación más sencilla de Francisco en 2013. 
En su primer discurso como Papa, León XIV expresó su gratitud por el legado de su predecesor y dirigió un mensaje de paz a todos los pueblos. Además, dedicó unas emotivas palabras en español a su antigua diócesis de Chiclayo, Perú, destacando su fidelidad y compromiso con la fe cristiana.  
León XIV asume el liderazgo de la Iglesia en un momento de desafíos globales, incluyendo conflictos en Ucrania, Gaza y Sudán del Sur. Su elección ha generado esperanzas de continuidad y renovación para los más de mil millones de católicos en todo el mundo.  
Con una sólida formación académica en matemáticas, filosofía y teología, y una amplia experiencia pastoral, se espera que León XIV continúe las reformas de transparencia y lucha contra el abuso sexual impulsadas por su predecesor, así como aborde desafíos internos como la crisis de vocaciones y la creciente secularización. 
La elección de León XIV representa una nueva etapa para la Iglesia Católica, con la esperanza de que su liderazgo inspire unidad y renovación espiritual en todo el mundo. 
