El director general del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes, Juan José Rodríguez, responsabilizó del fuego a un grupo de migrantes que quisieron “mostrar su frustración”.
Unas 25 tiendas de acampar fueron incendiadas intencionalmente esta semana en un campamento de migrantes, cerca de la frontera con Texas, en una muestra del extremo peligro que supone quedarse varado en México, al que el gobierno del presidente Joe Biden recurre cada vez más para que acoja a personas que huyen de la pobreza y la violencia.
Los incendios se realizaron en un amplio campamento de unas dos mil personas, la mayoría provenientes de Venezuela, Haití y México, en Matamoros, una ciudad cercana a Brownsville, Texas. Una activista promigrantes dijo que “las casas precarias fueron rociadas con gasolina”.
Las personas huyeron cuando se incendiaron sus tiendas, dijo Gladys Cañas, que dirige el grupo Ayudándoles A Triunfar. Los afectados afirman que les dijeron que se marcharan del lugar, agregó.
Nadie informó sobre muertos ni lesionados, sin embargo, las 25 casas improvisadas, hechas con plásticos, lonas, ramas y otros materiales fueron incendiadas en una parte poco poblada del campamento. Quienes habitaban ahí al parecer también perdieron ropa, documentos y otras pertenencias que tenían en el interior.
Margarita es una mexicana que estuvo en el campamento y dijo haber presenciado cuando migrantes de Venezuela gritaban durante el incendio del día anterior. “Tenían niños con ellos y pocas cosas”, dijo Margarita, quien solicitó que no se mencionara sus apellidos por temor a que pudiera sucederle algo.