El expresidente Donald Trump pasó este martes a la historia de los Estados Unidos como el primero en enfrentarse a una acusación penal federal y que lo procesen por 37 cargos presentados en su contra por los documentos clasificados que guardaba en Mar-a-Lago, su mansión en el sur de Florida.
Su paso por los juzgados de Miami ha sido breve y a Trump le han bastado cinco minutos para escuchar los cargos y declararse “no culpable” de las acusaciones que le ha leído el juez federal, Jonathan Goodman. Junto al expresidente republicano se encontraba también Walt Nauta, empleado de confianza del magnate y que también está imputado en el caso de los papeles de Mar-a-Lago recuperados en 2022.
A ambos les ha prohibido hablar del caso fuera de los juzgados, pero tratándose de Donald Trump este tipo de decisiones suelen caer en saco roto y el multimillonario siempre se las arregla para bordear los límites de estos mandatos judiciales. Especialmente cuando se toman en vísperas de su cumpleaños: Trump cumple 77 años, justo un día después de una histórica acusación.
Poco ha tardado Trump en empezar la celebración de su cumpleaños y poner en marcha su maquinaria de campaña. Cuando todo el mundo pensaba que la caravana que salió de los tribunales de Miami se dirigía al aeropuerto para volver a Nueva Jersey -el candidato republicano tenía un acto de recaudación de fondos para su campaña-, hizo una parada en un conocido restaurante cubano de la capital de Florida: el Café Versailles.
Allí, Donald Trump saludó a una decena de seguidores, que le cantaron el cumpleaños feliz y con los que se paró a rezar unos minutos. No comió nada durante su breve parada, pero sí se esforzó en dejar claro que este nuevo proceso judicial se trata de otra “gran caza de brujas” lanzada por el demócrata Joe Biden y que responde a una campaña para “interferir electoralmente” en su tercer intento por volver a la Casa Blanca.
La elección de este famoso restaurante de Miami no es baladí. Nada lo es si hablamos de Donald Trump. Durante las campañas electorales, es común ver a candidatos y políticos prominentes visitando Versailles para reunirse con líderes de la comunidad y ciudadanos. Los candidatos presidenciales de Estados Unidos también han hecho paradas en el restaurante para ganar el apoyo de la comunidad cubanoamericana.
El restaurante ha logrado una conexión especial con la política debido a su importancia simbólica como un símbolo de la comunidad cubana y su lucha por la libertad y los derechos humanos. Muchos lo consideran como un lugar emblemático que representa la resistencia y la lucha de los cubanos en el exilio.
Poco después, el expresidente de Estados Unidos subió a un avión que lo llevaría a Bedminster (Nueva Jersey), donde lo esperaban familiares y seguidores en un acto para recaudar fondos para su campaña y en el que elevó aún más su lenguaje incendiario, con duras acusaciones a Joe Biden, el FBI, el Departamento de Justicia de Estados Unidos o el fiscal Jack Smith, encargado del caso de los documentos de Mar-a-Lago. “Es un tipo completamente trastornado”, ha dicho.
“Tengo todo el derecho de tener estos documentos”, justificó Trump ante los suyos y se atribuyó la autoridad para desclasificar material sensible a su antojo porque, según él, otros presidentes de Estados Unidos como Bill Clinton o George W. Bush hicieron lo mismo sin que se les imputara ningún delito. Incluso ha mencionado a Hillary Clinton: “No la han imputado. Yo hice todo bien y me han imputado a mí”.
Trump ha vuelto a repetir que las cajas con los documentos clasificados las puso allí el FBI porque las que se han visto eran para guardar posesiones personales: camisas, zapatos, fotografías de su estancia en la Casa Blanca, recortes de periódicos..
Durante su discurso, Trump volvió a escuchar cantos de feliz cumpleaños. “Vaya cumpleaños”, dijo a los allí presentes. “Cuando hable con mis nietos para que me feliciten, les diré que me han dado de regalo 400 años de cárcel”, bromeó. Dspués de media hora de discurso, el favorito de los republicanos para volver a Casa Blanca lanzaba su primera promesa electoral.